Columna
Memorandum
Gerardo Ruano Castulo
LA RABIA DE VICARIO.
Una vez que seis diputados locales del PRI hicieron público su respaldo al futuro candidato de la coalición Guerrero nos Une, Angel Heladio Aguirre Rivero, la primera reacción del coordinador de la fracción tricolor, Héctor Vicario Castrejón, fue la de manifestar que la bancada del PRI seguía fuerte y que la decisión de los seis legisladores de su partido era un acto desesperado ante el crecimiento de su candidato, Manuel Añorve Baños.
De entrada, el que Vicario Castrejón expresara que su fracción sigue estando fuerte, fue un comentario demasiado cuestionable, puesto que con doce diputados, su partido podría ser avasallado fácilmente en el Congreso Local. Y en segunda, hoy se habla de que no son seis, sino ocho los diputados priístas que están respaldando el proyecto político de Angel Heladio Aguirre Rivero.
Aún no comienzan las campañas electorales, pero al paso que van las cosas, se podría presagiar que Vicario Castrejón se podría quedar con menos de la mitad de la fracción.
Ahora bien, aquella expresión de que el acto de los diputados con Angel Heladio Aguirre Rivero es producto de la desesperación ante el crecimiento del candidato del PRI, es evidente que el desesperado y rabioso es Héctor Vicario. Y lo es, porque simple y sencillamente falló en sus tareas de operación política.
En su papel de coordinador de la fracción priísta, se supone que en el primer terreno, donde debía entregar buenas cuentas de su trabajo político a favor de la causa de su partido y su candidato, era precisamente en el Congreso Local. Por eso el hecho de que los seis diputados hayan manifestado estar con el candidato de enfrente, es un duro golpe para el mentado hombre del maletín.
Por donde se vea, la reacción inicial de Héctor Vicario Castrejón exhibió su rabia y desesperación. Que las cosas se le salieron de sus manos. Más aún, con ello demuestra la realidad que se vive en el PRI. En donde saben que un número importante de priístas sí habrán de ir a votar por el candidato de la coalición Guerrero nos Une, y para muestra ahí están los diputados locales.
Dias después, Vicario Castrejón hizo un llamado a la reconciliación con los diputados locales. Cambió radicalmente el discurso. Tal vez intentando recomponer el camino pero el daño ya está hecho. Su candidato, Manuel Añorve Baños, ya se dio cuenta que no tuvo la capacidad y el talento para mantener unida a la fracción en torno a su proyecto político. Y que ante las circunstancias complicadas que vive el PRI, es un tipo con el que poco o nada se puede confiar. El liderazgo de Héctor Vicario Castrejón quedó exhibido y de la misma forma, quedó claro, demasiado claro, que la tercera parte de los diputados locales, por ahora, están con el otro proyecto. ¿Si eso fuese de la misma proporción entre la militancia del PRI? O sea que la tercera parte estuviera con Aguirre Rivero. Sería la catástrofe para el PRI. ¿Algo habrá de eso, y por ello la rabia de Héctor Vicario Castrejón? Esa es la cuestión. Mensajes y comentarios: geruanoc@hotmail.com
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