Nota Roja

Furtiva visita hizo hoy

Zeferino a oficina SNRP

Teodomiro Ortega de la Cruz.—¿Quién lo invitó?, ¿Con que fines llegó el SNRP?, ¿Ya sufre alzheimer?, ¿Ya se siente solitario?, ¿busca ayuda?, ¿quiere refugio?, ¿ya se le olvidó que desalojó a los periodistas de la calle Valerio Trujano hace cinco años?

Son algunas interrogantes que quedaron en el «aire», hoy martes a las 13 horas, cuando vieron entrar furtivamente a las modestas oficinas de la delegación XVII del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa como un verdadero rufián a Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, cuándo en la mente de sus agremiados existe de que hace casi cinco años mediante oficios institucionales se le solicitó una audiencia para comentarle sobre el desalojo que sufriría esa organización.

Cuando faltan escasamente siete meses para que se termine su pésima gestión gubernamental, Torreblanca Galindo, llegó a las oficinas de la delegación XVII del SNRP, ubicadas en la calle «Baltazar R. Leyva Mancilla», en el pleno centro de Chilpancingo.

Acompañado del alcalde capitalino el priísta Héctor Antonio Astudillo Flores, arribaron a las oficinas, y fue recibido por el secretario general del SNRP, Salomón Cruz Gallardo, diciéndole «señor gobernador estas son las oficinas del SNRP» luego se metieron a su privado, no se supo de que platicaron o si llegaron a algún acuerdo.

Minutos antes había arribado Cruz Gallardo y después apareció Torreblanca Galindo, por lo que quien esto escribe, interrogó a Cruz Gallardo, ¿tu lo trajistes?, ¿tu lo invitastes?, la respuesta fue un prolongado silencio. Esa estancia furtiva duró escasamente siete minutos.

No se sabe si fue porque este día personal de la Secretaría de Salud estatal instaló un modulo del Seguro Popular para inscribir a los periodistas agremiados y no afiliados a la delegación XVII del SNRP y con el pretexto de supervisar se introdujo a ese lugar.

Había pocos agremiados al SNRP, y ninguno de estos le hizo por lo menos un recordatorio, que hace cinco años se le solicitó una audiencia a través de su entonces director de comunicación social, César Bajos Valverde, y nunca hubo una respuesta para que esa comisión fuera por lo menos oída.