Para prepotentes que no quiere Aguirre Rivero, bien debiera por sacar a su secretario privado, Armando Añorve Perea, con la carpeta en la mano, y Socorro Sofío Ramírez Hernández, su vocero que no dejaron subir a los periodistas a hacer su trabajo y tenían a gente que nada tenía que hacer en una tribuna que estaba a punto de tronar por el peso de casi 500 personas.(Foto: Francisco Rangel/Leer PoliCrónica).

Comentarios

Entradas populares de este blog

"1938, cuando el petróleo fue nuestro";Ahora solo en película

𝗖𝗮𝗺𝗯𝗶𝗼 𝟮𝟭

𝗟𝗮 𝘇𝗼𝗻𝗮 𝗽𝗿ó𝘅𝗶𝗺𝗮 𝗱𝗲 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗿𝗿𝗼𝗹𝗹𝗼